jueves, 7 de abril de 2011

César Rendueles

Creo que el uso inteligente de las tecnologías es el que nos libra de aquellas actividades con una utilidad marginal decreciente y nos ayuda a fomentar aquellas con una utilidad marginal creciente. Hoy las cosas son exactamente al revés. Por un lado, se nos impide usar la tecnología para, por ejemplo, difundir de forma masiva las artes y las ciencias. Por otro, en vez de servir para generar tiempo libre, los avances tecnológicos son una fuente de esa exoticidad metafísica que llamamos desempleo. Eso por no hablar de nuestro sometimiento lacayuno al fetichismo tecnológico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario