En Alemania prolifera el último invento del capitalismo, lo que se denomina con el término de Leiharbeit,  esto es trabajo a préstamo, en régimen de cesión. Consiste en la  creación de una serie de empresas que no producen nada. Se dedican a  recoger los trabajadores y trabajadoras en paro, desatendidos incluso  por los sindicatos por estar fuera de los convenios, carentes de toda  protección social. Luego se los prestan o ceden a las empresas que  necesitan mano de obra en régimen de cesión. Estos trabajadores y  trabajadoras cobran la mitad que los demás y trabajan 48-50 horas  semanales en vez de las 38-40 que marcan los convenios. Las diferencias  salariales enriquecen a los prestamistas y a las empresas que los  emplean. En Alemania hay ya varios millones de trabajadores “prestados”,  los nuevos esclavos. Así es como la economía alemana es más productiva y  competitiva. Este negocio de la “competitividad” lo llevan a cabo en  España las ETT (Empresas de Trabajo Temporal), las contratas y  subcontratas de todo tipo. 
(Reseña del último libro de Jutta Ditfurth)
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