jueves, 6 de enero de 2011

Javier Martinez Reverte

Necesitamos ver el mundo en su realidad, no en su retrato; que nos sobran los intermediarios porque todos nuestros sentidos reclaman el contacto con lo que existe y palpita; que precisamos del olor de las cosas, de su sabor, de su tacto y de sus sonidos. Es una de las más hondas razones para viajar: invadir, con todo el equipaje que constituye nuestro propio ser, la entraña misma de la realidad; bañarnos en la vida.

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