El hombre musulman establece su dominación por medio del uso del espacio, el occidental lo que manipula es el tiempo. Una mujer es bella cuando aparenta tener 14 años, fijándola en la iconografia como ideal de belleza, condenando a la invisibilidad a la mujer madura. La violencia que implica esta frontera del mundo occidental es menos visible porque no se ataca diractamente la edad, sino que se enmascara como opción estética.
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